viernes, 13 de agosto de 2010

Paren el mundo


Los duendes de la madrugada han llegado hasta mi insomnio. Y escribo desde el agujero hondo de mi soledad, desde el dolor, desde la tristeza que me causan las miserias humanas y mundanas; observando cuanta envidia y egoìsmo mal sano, existente hay. Escribo desde la bronca y la impotencia de integrar un mundo lleno de injusticia, en dònde la boca enorme del sistema te traga, y te engulle dìa a dìa. Escribo desde la horrorosa sensaciòn que me produce saber del hambre sobre la tierra, y desde lo horrendo y lo vano del enfretamiento humano, en guerras y sus lastimeras muertes.
Escribo desde el despertar de mis sueños, y para todos los que sueñan. Desde el profundo y sublime sentimiento del amor. Desde las chispeantes burbùjas de la felicidad que me salpìcan de cuando en vez. Desde mi alma que se envuelve en su paz interior. Pero sobre todo escribo desde esta insustituible vida que me enseña. Desde lo màs autèntico de mi ser interior, y es allì en dònde verdaderamente soy. Entonces es cuàndo le pido al planeta y su dirigencia que paren, paren el mundo porque nos vamos a estrellar...

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