sábado, 14 de agosto de 2010

Palabras para Mario. A Mario Benedetti


He estado repasando tus textos. Montevideo allì nacì y crecì entre los "montevideanos"."Gracias por el fuego" vino a mi en esos años jòvenes, cuando decidimos que querìamos cambiar el mundo; y gracias por el fuego que nos supiste transmitir. Ha pasado una vida casi,. y seguimos querièndolo cambiar."Inventario", me acompañò durante mis jòvenes años como libro de cabecera, por supuesto que aùn hoy lo conservo. Comprendì realmente "mi nociòn de patria"a travèz de sus pàginas. Aprendì desde la soledad, sobre el dolor, hasta la ternura y el amor. En dònde mi vapuleado corazòn se volviò "corazòn coraza". Los "poemas de la oficina", la rutina burocràtica del laborante, del indìgno sueldo que no alcanza, ante un jefe malhumorado que te exprime hasta el hartazgo, abrieron el abanico de reivindicaciones sociales. Usando nuestra "tàctica y estrategia", destapabamos "el cumpleaños de Juan Angel", y asì a escondidas lo devoràvamos, engullendo aquello tan prohibido.
Con nuestros aciertos y equivocaciones, fuè lo que palpamos, lo que vivimos. Fuì tantas veces "una mujer desnuda y en lo oscuro"; desnuda de patria, desnuda de ausencias, desnuda en medio de lo oscuro. Cuando hacìa rato me planteaba que el cambio tenìa que ser el mìo, realizando el "inventario dos", me disponìa a ello. No recuerdo en que "primavera con una esquina rota" me perdì en la "geografìa del exìlio", que fuè un autoexìlio mejor dicho. Y nos fuimos, otras calles, otros caminos, otras costumbres, otros cielos; y tus atesorados libros siempre fueron conmigo. Ellos me acompañaron todos estos años. Aùn hoy los conservo. De ahì mi hàbito por la escritura, pequeño secreto en dònde el alma se refugia. Y que importa el òrden de los titulos si siempre estuviste presente mi querido Maestro. Si siempre me reflejè y refugiè en tus escritos. Como no homenajearte humildemente hoy, Mario querido. Si eres parte de mi vida "en mi diàlogo con la memoria", en mi "repaso històrico", en mis "reconciliaciones", en el "buzòn del tiempo". Siendo tù como yo, "testigos de uno mismo". "Quièn de nosotros" con el correr del tiempo, no le ha pedido una tregua a la vida. "La tregua" en esa loca carrera por encontrar la razòn de la sin razòn, o quizàs para reencontrarce con uno mismo.Y hoy heme "aquì lejos", clamando a los hombres y al cielo. "Hagamos un trato"en "defensa de la alegrìa", por encima de todos los males. Porque asì nos lo enseñaste y esa debe ser nuestra mayor consigna. ¡Defenderla!

19-05-20009  Gladys Goldszteyn.

No hay comentarios: