No sè en què número de corderito entre Lerner y Galeano, Morfeo me envolvió en suerte. Sueño conciso y fuerte. Tanto tiempo sin verte, sin tenerte. Se me borró nuestra despedida de la mente.
Asustadas nos abrazamos. Tantas veces el miedo presente.
Abrazo necesario desde tu universo intimo con sabor a tan poco. Desperté con los ojos bañados en lágrimas.
Donde quiera que estés, no temas. Siempre estaré para protegerte, desde aquí a la eternidad . Mamà querida.
Gladys Goldszteyn.