sábado, 17 de septiembre de 2011

El casamiento


La están vistiendo. Primero la enagua que luce vaporosa, luego el vestido blanco inmaculado. Ella se pone las joyas, enfunda los pies en los tacones. Comienzan a maquillarla delineando sus ojos en un rasgado perfecto. Ya está casi pronta, solo le falta el perfume. Busca los ojos de él y los encuentra, aprobadores y deslumbrados. Salen tomados del brazo, regocijados. Llevan media hora de atraso, las novias nunca son puntuales. Ella tiene un inconveniente, el novio no tiene rostro…



Gladys Goldzsteyn

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