martes, 9 de noviembre de 2010

Mi calle

Había una vez una calle,
donde todo era alegría.
La de casitas iguales.
La de la vida tranquila.

Balcones enrredados, enmarañados,
entre la chusma vecina.
Malvones y claveles, florecían.
Perfume de jazmines, la brisa traía.

Vecinos de zaguanes,
parloteos de veredas.
Desplegaban perezosos,
mate en mano, cartas y hasta la cena.
Venían tamboriles calle arriba.
Empinados.
Arrastrando penas los negros,
entre candombes, ondulando.

Paredes que guardan mis secretos.
Amores e infortunios.
Idolos de hierro y de barro.
Casamientos, nacimientos e irremediables ausencias.

Despertares, ideales,
promesas urgentes,
lejanas, irrefutables de cambios.
Que hoy se están cumpliendo,
al paso de los años.

De ahí soy yo.
Soy barrio.
Ahí, crecí, jugué, canté,
bailé, amé, sufrí y partí.

Hijos de esa calle,
hemos tenido que marcharnos.
Algunos hoy somos anónimos,
que encendimos el motor de los cambios.

Ironías del destino.
Ya no tendremos retorno,
ni podremos disfrutarlos.

Había una calle
que hoy relata mi memoria
La de don Emilio Reus.
La que ahora es monumento,
y que pasó a ser historia.

Gladys Goldszteyn.

2 comentarios:

Liliana Lucki dijo...

Mucha nostalgia y gran belleza !!!!

Te saludo, Liliana

G.G.Y.G dijo...

Gracias Liliana por el comentario.

Yo tambièn te saludo, y paso a visitarte.