
De madrugada,
la memoria
hace un retrato.
Camina a pasos
de bandoneón,
a ritmo,
de dos por cuatro.
Fuerte y resistente corazón,
igual que un tango llorón,
lleno de encanto.
Poesía se respira
en un balcón,
de humedad y asfalto.
Perfume de magnolia,
y de malvón,
salen de las baldosas,
y de los patios.
Te quiero
Buenos Aires
y a tu voz,
que se eleva,
desde misteriosas
tumbas y andamios.
La ciudad,
que ríe y llora
en un mismo gemido,
tiene encanto.
Muñecas de silicona,
cuna de Freud,
matriz de lunfardo.
Creadora del dios argentino,
capital del Che, Cortazar,
Piazzola, y tantos.
Adriana te dibuja
con su voz,
en cada tango.
Videlas que te avergüenzan,
ante la historia de los bárbaros.
Para que no te olvides,
para que todos aprendan,
porque hubo desaparecidos.
Hambre miseria y paco,
delincuencia y desamparo.
Te pienso de madrugada,
ciudad que ríe y que llora,
en un mismo gemido,
encanto y espanto.
Por esto y por mucho mas,
nacieron los desaparecidos.
Gladys Goldszteyn
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