
Fue amor,
soledad desértica,
explotó en besos.
Fue la misma,
nos atrajo en caricias.
Fueron penas
que no se olvidan.
Fue miedo a olvidar
como saben los besos.
Besos furtivos.
Miedo de morir
adormecidos.
Y me dio pena tu boca
que me beso sin sentido.
Pena de la mía
que recibió por olvido.
Besé tu boca mil veces,
miré tus ojos,
para reconocerme.
Fuimos dos
y no fuimos nada.
Quise verte,
para saber que eras tú,
que era yo.
Y no los recuerdos inertes.
Gladys Goldszteyn.
No hay comentarios:
Publicar un comentario