viernes, 25 de marzo de 2011
domingo, 20 de marzo de 2011
Besos para el camino

Fue amor,
soledad desértica,
explotó en besos.
Fue la misma,
nos atrajo en caricias.
Fueron penas
que no se olvidan.
Fue miedo a olvidar
como saben los besos.
Besos furtivos.
Miedo de morir
adormecidos.
Y me dio pena tu boca
que me beso sin sentido.
Pena de la mía
que recibió por olvido.
Besé tu boca mil veces,
miré tus ojos,
para reconocerme.
Fuimos dos
y no fuimos nada.
Quise verte,
para saber que eras tú,
que era yo.
Y no los recuerdos inertes.
Gladys Goldszteyn.
jueves, 17 de marzo de 2011
sábado, 12 de marzo de 2011
No te olvides

De madrugada,
la memoria
hace un retrato.
Camina a pasos
de bandoneón,
a ritmo,
de dos por cuatro.
Fuerte y resistente corazón,
igual que un tango llorón,
lleno de encanto.
Poesía se respira
en un balcón,
de humedad y asfalto.
Perfume de magnolia,
y de malvón,
salen de las baldosas,
y de los patios.
Te quiero
Buenos Aires
y a tu voz,
que se eleva,
desde misteriosas
tumbas y andamios.
La ciudad,
que ríe y llora
en un mismo gemido,
tiene encanto.
Muñecas de silicona,
cuna de Freud,
matriz de lunfardo.
Creadora del dios argentino,
capital del Che, Cortazar,
Piazzola, y tantos.
Adriana te dibuja
con su voz,
en cada tango.
Videlas que te avergüenzan,
ante la historia de los bárbaros.
Para que no te olvides,
para que todos aprendan,
porque hubo desaparecidos.
Hambre miseria y paco,
delincuencia y desamparo.
Te pienso de madrugada,
ciudad que ríe y que llora,
en un mismo gemido,
encanto y espanto.
Por esto y por mucho mas,
nacieron los desaparecidos.
Gladys Goldszteyn
martes, 8 de marzo de 2011
viernes, 4 de marzo de 2011
Coloquio con una mariposa
-Quiero atraparte
mariposita del aire-.
-No puedes-,
respondió ella.
-Quiero cortar
esa bella flor-.
-No lo hagas-,
contestó.
-Quiero tocar
el cielo con las manos-.
-No llegaras nunca-,
respondió.
-Y el sol, la luna
y las estrellas-.
-Tampoco-, me dijo.
-Quiero ser
totalmente feliz-.
-No tendrás más tema-,
arguyó.
Entonces comprendí
que si llegaba a obtener
todo lo que deseaba.
Ya no tendría
ilusiones, ni sueños
sobre los cuales escribir.
Gladys Goldszteyn.
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