viernes, 8 de octubre de 2010

Susurros de un corazòn

El corazòn creyose muerto
Y estaba vivito y coleante
Pasiòn la màs mìa, la màs lejana
Volviò un dìa a visitarme
Yo la creìa enterrada, me equivocaba. Todo lo removiò hasta hacerme vibrar.
Y que importa que ya no estès
Si lo que màs importa es que has estado.
Suelto y vuelvo en mì renovada
Agradezco a tu rosa mañanera los pinchazos, me quedo con sus pètalos.
Por mostrarme nuevamente el camino fresco y regado de la tierra...


Gladys Goldszteyn.

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