
Con las
pocas fuerzas que me quedaban, llegué hasta el banco público más próximo. Me
senté, la noche de verano, estaba estupenda, pensé. Venía de mi caminata de cincuenta minutos, promedio dos kilómetros diarios, lo aconsejaba el médico
y no quedaban demasiadas opciones. Observando a mí alrededor de pronto los vi,
sentados en un banco próximo. Miraban su entorno distraídamente, hacia el
kiosco iluminado de enfrente, a los jóvenes que hacían ejercicio en los
aparatos públicos de la plaza lindera, a los coches que pasaban, a los semáforos,
o quizás hacia la nada… Miraban juntos, casi no se rozaban, cada uno absorto en
sus observaciones y pensamientos, aparentemente tranquilos, relajados, o
distantes... Lo poco que sé de ellos es: que se casaron grandes y no tenían
hijos. Que fue una boda preparada, con absolutamente nada de espontaneidad, ni
previo enamoramiento. Quizás creyeron lograrlo al ser presentados y premiados
con todos los gastos de la boda pagos. O sea, juntaron sus soledades supongo, para
tirar del carro de a dos, juntos, y no estar solos. Para comer juntos, para dormir
juntos, para pagar las cuentas juntos, para mirar tv juntos, para pasear
juntos, para salir a caminar juntos y para tantos etcéteras juntos. Eso también
incluye sentarse en los bancos de las calles juntos, y observar juntos pasar la
vida en derredor. ¿Esto es malo? ¿Qué opina sr lector? Por el lapso de diez minutos
en los que estuve allí, los vi estar sin mediar palabra entre ellos, sin
siquiera rozarse, sin el menor atisbo de comunicación. Puede ser que estén
pasajeramente enojados pensé. Puede ser que no tengan tema de conversación o
estén aburridos, puede ser que ya no
tengan más para decirse o darse, puede ser que necesiten compartir silencios,
dónde cada uno respete las no ganas de dialogar del otro. Pueden ser tantas
cosas, me dije. Como el hecho de estar acompañado y sentirse solo… Los seres
humanos somos tan complejos, y nadie tiene derecho a juzgar, aunque así parezca
no lo estaba haciendo, en mis pensamientos tan solo los estaba analizando, es
que no puedo con mi condición de analítica vivencial. Me paré y comencé a
caminar, faltaban cuatro cuadras para llegar a mi casa. Después de todo no es
tan malo estar solo me dije…, no, no lo es, demasiadas veces lo he comprobado.
Seguí pensando…, la noche estaba espléndida para salir a caminar del brazo de
un loco amor, que si no dialogamos, no dejemos de rozarnos, tomarnos las manos,
besarnos y abrazarnos, agradeciendo al cielo estar Juntos y haberse encontrado, elegído.
Dicen que no es bueno estar solo…
Gladys
Goldszteyn.