sábado, 25 de septiembre de 2010
De madrugada
No puedo regalarte un poema encantado. La vida es un verso de bondad y dolor. Trasnochadas y desveladas letras vienen y corren por mis dedos. Ordenador hueco te domesticarè. Dibujaràs con sentimiento las palabras, yo te enseñarè. En esta madrugada gastando horas vanas robadas al sueño, pienso. Donde quedò la ingenua risa, la juventud vivida de prisa, los besos robados sin malicia, la antigua y lejana costumbre de las caricias. En este entorno hostil que desquicia, me procurarè unas delicias, nadie me asfixia. Y quiero renacer. Escucho a mi corazòn de paloma. Me pide que vuele. Y que jamàs me deje vencer.
Gladys Goldszteyn.
Gladys Goldszteyn.
Antagònica

Gladys Goldszteyn
miércoles, 15 de septiembre de 2010
El jardìn de nuestra vida.
Decidì remover toda la tierra esparcida. Regar siempre que haga falta, para que toda semilla allì plantada, germine ràpido y mejor. Plantè toda clases de flores bellas y àrboles de sabidurìa por doquier. Agreguè en su decoraciòn, colorido y un toque artesanal importante, para embellecer aùn màs sus frutos. De cuando en cuando crecen càrdos y rosas con espinas lastimosas. Los càrdos son comestibles, por tanto digeribles. La rosa es sumamente decorativa pero lastimera. Cortàndole el tallo de cuajo, me quedan sus hermosos pètalos esparcidos. Todo tiene soluciòn, todo se transforma, todo se recicla. Hace tiempo casi una vida, ando en busca de conocimiento. Mis caminos estàn llenos de verde esperanza y positivismo, que siembra la tierra que aùn no fue arada. Todos somos criaturas mutantes.
¡Anìmate a decorar tu jardìn!
Gladys Goldszteyn.
¡Anìmate a decorar tu jardìn!
Gladys Goldszteyn.
viernes, 10 de septiembre de 2010
Los gatos
No puedo evitarlo, los gatos callejeros me conmueven al pasar y verlos. Despiertan en mi una piedad indescriptible. Al pasar les hablo con amor y los saludo. Sus ojos me miran asombrados, es que son constantemente ignorados. Cierta filosofìa hindù comenta, que han venido a la tierra para cuidar de los humanos. Demasiada responsabilidad para un simple felino. Serà por eso, que en sus ojos veo reflejada, toda la tristeza de este mundo...

Gladys Goldszteyn.
miércoles, 1 de septiembre de 2010
Siete letras
Dije tu nombre y ya no sentì nada. Tan solo fue un sonido, tan solo una palabra. Siete letras que no asociè absolutamente con nada. Cuando el corazòn deja de sentir y de padecer, la mente borra; y transforma en difusos recuerdos algo que ya no existe.
Gladys Goldszteyn.
El poder del tiempo.
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